De aquel sueño

 





De aquel sueño recuerdo escenarios amplios, rellenos de luz de día y cargados de una enorme sensación de inquietud. Pasé cruzando algo que parecía la UdeA, con una fuente reacia al tiempo, de una historia profunda, ahora inerte. Y justo alado de esa fuente, sobre el techo de la biblioteca, bajo lo que parecía una persona, se alzaba un letrero que decía; "Arte útil". En la cara frontal del edificio, una pintura más grande que el Guernica se erigía con la imponencia de una laguna entre montañas y 3 puntos había en dirección vertical por toda la mitad de la pared. 

Cuando llegué, la presentación ya había comenzado, pero la idea no era compleja y todos hablaban de ella; aquella imagen era la representación de la conciencia y cada punto reflejaba la triada de la atención, la intensidad y el caos, por lo que para cada cual eran diferentes. Para mi, desde lejos, los tres eran de color negro, así que lo consideré una moda, cómo muchas de hoy, pero la multitud, que llenaba la plaza entera, seguía absorta, cómo mirando a dios en ese ese vínculo extraño que exponía aquel sujeto allá arriba.

Al cabo de un rato, me quedé quieto, tratando de enfocar al ponente, y al notar que aquel sujeto era mi hermana la noche empezó a caer rápido como un presagio teatral.

Como pasa seguido en los sueños, el tiempo se desbarajustó. Me vi almorzando, viendo por la ventana, arreglando el apartamento, leyendo algo y mientras sacaba plata de un cajero caí en cuenta que ahora en los billetes de 100 estaba aquella pintura. Alcé la vista sin reconocer mi sitio y me percaté de que ahora todos vestían como en los cuentos de Phillip K Dick; de colores púrpuras, azules, dorados, ocres, terracotas, rojizos, ictéricos. Y a mí, que me seguía pareciendo una estafa, me nacía la envidia y el anhelo al color. Cuando me preguntaban yo que color veía, decía que mis colores eran naturales, que eran unos tonos de naranja cítrica fénix, como para darle misticismo a la cosa.

Y sin final alguno, me desperté como sacado por las greñas de un río. Aún húmedo por la vívida impresión de tantos colores y de aquella pintura.


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