El chisme del charanguero
Palpitante tetero chupaba el chino
chillón,
mientras los cachetes la Cheila le
sostenía.
Yo como un chiquero la miraba chato
y ella con un ojo chusco me flechaba el
chor.
– Chéqueme la derecha–
me dijo sin locha–
y el churro se me levantaba
charlatán.
Chévere se acercó, me levantó la cachucha, se abrió la chaqueta y
!chaz¡
cual chicle en chal me pegué a
ese champiñón de chocolate
y por Chucho que a champán me supo.
Chispas vi volar de sus ojos
chiflados
y como chapuzón en charco de leche
rebotó el chisme del charanguero cachón.
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